ONCOLOGÍA

1️⃣. Mejora de la Movilidad Articular

Uno de los efectos secundarios más comunes tras la cirugía o los tratamientos oncológicos es la pérdida de movilidad y flexibilidad. El entrenamiento de fuerza adecuado, combinado con la fisioterapia, puede ayudarte a recuperar la movilidad en las articulaciones afectadas. Estiramientos específicos y ejercicios adaptados previenen la rigidez y mejoran tu calidad de vida, permitiéndote retomar las actividades diarias con mayor facilidad.

2️⃣. Recuperación de Fuerza y Funcionalidad

Tras un tratamiento oncológico, fortalecer los músculos es esencial para recuperar la independencia y la funcionalidad del cuerpo. Con ejercicios de fuerza progresivos, como el trabajo con pesas o ejercicios asistidos, puedes devolverle la fuerza a tus músculos, mejorando tu capacidad para realizar tareas cotidianas con autonomía y seguridad.

3️⃣. Combate la Fatiga Oncológica

La fatiga oncológica es uno de los síntomas más difíciles de manejar durante el proceso de recuperación. La fisioterapia y el entrenamiento de fuerza ayudan a combatir la fatiga mediante ejercicios adaptados que aumentan la resistencia y mejoran los niveles de energía. Esto te permitirá disfrutar de tus actividades diarias con más vitalidad y menos agotamiento.

4️⃣. Prevención y Manejo del Linfedema

El linfedema es una complicación común tras ciertos tratamientos oncológicos. Con fisioterapia personalizada y ejercicios específicos, podemos ayudar a reducir la inflamación y mejorar el drenaje linfático, previniendo complicaciones y promoviendo la circulación adecuada.

5️⃣. Aumento de la Densidad Ósea

Después de tratamientos como la quimioterapia, es común que los pacientes experimenten una pérdida de densidad ósea. El entrenamiento de fuerza, especialmente con ejercicios de resistencia, puede ayudar a fortalecer los huesos, reducir el riesgo de fracturas y mejorar la salud ósea a largo plazo.

6️⃣. Mejora de la Calidad del Sueño

El insomnio y los trastornos del sueño son comunes después de un tratamiento oncológico. Realizar ejercicios físicos controlados no solo alivia el estrés, sino que también regula el ritmo circadiano, favoreciendo un descanso más reparador y combatiendo los problemas de sueño.

7️⃣. Incremento de la Resistencia Cardiovascular

La mejora de la capacidad cardiovascular es esencial para la salud general. Con ejercicios controlados, como caminatas en exteriores o trabajo en bicicleta estática, puedes aumentar tu resistencia y realizar actividades diarias sin sentirte fatigado o sin aliento.

8️⃣. Prevención de la Sarcopenia (Pérdida Muscular)

La sarcopenia, o pérdida de masa muscular, es común durante el tratamiento contra el cáncer. El entrenamiento de fuerza progresivo ayuda a prevenir y revertir este efecto, mejorando la masa muscular y reduciendo el riesgo de debilidad o caídas, lo que es vital para la autonomía y calidad de vida.

9️⃣. Mejora de la Salud Mental y Autoestima

El ejercicio no solo beneficia al cuerpo, sino también a la mente. La fisioterapia y el entrenamiento físico pueden reducir el estrés, aumentar tu confianza y mejorar tu bienestar emocional, lo cual es fundamental durante el proceso de recuperación. Sentirse mejor físicamente también tiene un impacto directo en la autoestima y el estado de ánimo.

🔟. Un Camino de Recuperación Personalizado

Cada paciente es único, y por eso en Advanced Health diseñamos programas personalizados de fisioterapia oncológica y entrenamiento de fuerza, ajustados a tus necesidades específicas. Ya sea que busques fortalecer tus músculos, mejorar tu movilidad o aumentar tu resistencia, nuestros fisioterapeutas están aquí para acompañarte en cada paso del camino.